Frank McCourt, el maestro de escuelas públicas que disfrutó la fama después de retirarse al escribir "Las Cenizas de Angela", un relato épico de las penas de su infancia irlandesa que le ganó el premio Pulitzer, murió el domingo de cáncer a los 78 años.
McCourt estaba muy enfermo con meningitis y hace poco había sido tratado por un melanoma, la forma más letal del cáncer de piel.
Murió en un centro de cuidados de Manhattan, dijo su hermano Malachy McCourt.
Hasta pasados sus 60 años, Frank McCourt era conocido en Nueva York como un maestro de escritura creativa y un colorido personaje local, digno de una novela sobre la ciudad, que cantaba canciones y contaba historias con su hermano menor y se unía a los parroquianos del bar White Horse Tavern y otros reductos del mundo literario.
Sin embargo, siempre tenía uno o dos libros en proceso en su mente y el mundo conocería su nombre y su historia en 1996, luego de que un amigo lo ayudó a conseguir un agente literario y Scribner rápidamente aceptó su manuscrito aún sin terminar. Con una primera edición de apenas 25.000 ejemplares, "Las Cenizas de Angela" se convirtió en un favorito instantáneo de los críticos y los lectores y en quizás el ejemplo más claro de las memorias de alguien no famoso, la vida extraordinaria de un hombre ordinario.
"F. Scott Fitzgerald dijo que no hay segundos actos en las vidas estadounidenses. Creo que he probado que él estabaequivocado", dijo McCourt. "Y todo porque me negué a quedarme en una existencia de un solo acto: los 30 años que enseñé inglés en numerosas escuelas secundarias de la ciudad de Nueva York".
Nacido en Nueva York, McCourt era afable compañía en el aula y en el bar, aunque pocos habían vivido vidas tan difíciles como él.
Sus padres eran tan pobres que volvieron a su Irlanda natal cuando él era pequeño para vivir en los barrios más pobres deLimerick. Sobrevivir su infancia ya fue una hazaña: su padre era alcohólico y se gastaba en bebida la poca plata de la familia. Tres de los siete hermanos de McCourt murieron y él casi sucumbió a la fiebre tifoidea.
"Peor que la infancia miserable común es la infancia miserable irlandesa, y aún peor es la infancia miserable irlandesacatólica", rezaban las inolvidables primeras líneas de McCourt.
"La gente en todos lados se vanagloria y lloriquea sobre las penas de sus años tempranos, pero nada se puede comparar a laversión irlandesa: la pobreza, el padre haragán y locuaz; la madre religiosa y vencida que gime junto al fuego; los sacerdotespomposos, los directores de escuela abusadores; los ingleses y todas las cosas terribles que nos hicieron durante 800 largosaños".
El libro era "un relato épico de las penas", según McCourt, que encontraba risa y lirismo en lo peor de la vida. Vendió unmillón de copias, ganó el Pulitzer y se convirtió en una película homónima con Emily Watson en el papel de la madre.
McCourt, canoso y de ojos tristes, con frases siempre citables y un acento irlandés aún espeso tras décadas en Estados Unidos, se convirtió en una figura en las fiestas, lecturas, conferencias y otras reuniones. Disfrutó su tardía celebridad tanto que se comparó con un "payaso que baila, disponible para todo el mundo".
No estaba preparado para tanta atención, le dijo a The Associated Press en 2005.
"Realmente me miraban, la gente que había conocido por años, y eran amistosos y me miraban de manera diferente", dijo. "Y yopensaba, Todos esos años en que fui maestro, ¿por qué no me mirabas así entonces?""
Al menos, dijo, sus ex alumnos ahora sabían que cuando enseñaba a escribir no estaba hablando por hablar. La mayor parte de su carrera docente fue la elitista secundaria Stuyvesant en Manhattan.
Tras su éxito, McCourt siguió contando su historia, con menor éxito, en "Tis" y "Teacher Man (Maestro)". También escribió unahistoria para niños, "Angela y el niño Jesús", publicada en 2007.
McCourt se casó dos veces y tuvo una hija, Maggie McCourt, en su primer matrimonio.
Su hermano Malachy es actor, cantante, escribió dos libros de memorias y fue candidato del partido Verde a gobernador de Nueva York.
Al menos una de los ex alumnos de McCourt, Susan Gilman, se hizoescritora.
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